Miguel Verón,
Director de Planificación Lingüística de la SPL.
Mucho eco tuvo ayer, y sigue teniendo hasta hoy, el anuncio de la Secretaría de Políticas Lingüísticas (SPL) sobre la inclusión de la enseñanza de la lengua guaraní en universidades de Paraguay y la región, a partir del presente año. Aplaudimos estas iniciativas de las universidades paraguayas, argentinas y brasileras; aplaudimos también la amplia difusión y el amplio debate surgido sobre el tema en los medios de comunicación como en los ámbitos académicos.
Es inusitado el interés surgido en los ámbitos académicos hacia las lenguas propias de América, especialmente hacia el guaraní, en los últimos tiempos. Ayer a la tarde, me escribía desde la Universidad de Buenos Aires (UBA) el psicólogo social Eduardo Adamson, para pedirme materiales de enseñanza de la lengua guaraní, porque un grupo de profesores de ciencias sociales de esa casa de estudios —que trabajan en Formosa, Chaco y Misiones— querían aprender esta lengua para comunicarse mejor en los trabajos de campo. Adamson me afirmó que habla guaraní, ya que es oriundo de Riacho He’ẽ, Formosa. Es de recordar que en la UBA se enseña la lengua guaraní desde hace varios años.
América sigue siendo el único continente que ha renegado y soslayado sus lenguas originarias; prueba de ello es que hasta ahora ni una sola lengua propia de este continente sea oficial y de trabajo de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de los distintos bloques de naciones que se construyeron a lo largo de las décadas. Mercosur se constituye en una tímida diferencia, ya que ha declarado el guaraní como lengua oficial (pero no de trabajo); pero Parlasur ha dado un gran paso al incorporar este idioma como lengua de trabajo. La acelerada incorporación de la lengua guaraní como lengua enseñada en las universidades paraguayas y las de la región es un signo muy positivo para la vitalidad presente y futura de esta lengua, y acto de estricta justicia con la misma. Decisiones como estas son claves para la superación de rémoras del colonialismo lingüístico que han construido racionalidades adversas hacia toda herencia cultural de los pueblos indígenas del continente.
Estos pasos que estamos dando como país y la región para la revalorización y normalización de la lengua guaraní son de suma importancia. “Los idiomas son como ventanas a través de las cuales las poblaciones humanas ponen el universo en palabras”, afirma Hagège. A través de la lengua guaraní —idioma propio y popular por antonomasia del Paraguay— los paraguayos y las paraguayas expresamos lo más profundo de nuestro ser, dado que es la lengua que nos identifica y nos distingue en el contexto internacional. Encarar proyectos de normalización de esta lengua como los mencionados no es una cuestión ingenua, sino tiene un profundo contenido político y social, dado que de esta manera como país fortalecemos nuestra soberanía cultural y lingüística, y profundizamos las raíces propias del ethos nacional.
El guaraní en las universidades
Todas las universidades del país, en menor y mayor medida, han incorporado la enseñanza de la lengua guaraní en los últimos años. La mayoría de estas iniciativas surgieron de las propias casas de estudios. Por imperativo de la Ley 4251/10, “De Lenguas”, el guaraní debe ser incorporado en igualdad de condiciones que el castellano como lengua enseñada y de enseñanza en todas las carreras de las distintas facultades y universidades del país. El Art. 10° de la mencionada ley, en su inciso primero, establece como derecho lingüístico de los colectivos nacionales el de contar con un plan de educación bilingüe guaraní - castellano en todo el sistema de educación nacional, desde la educación inicial hasta la superior, y con planes diferenciados para los pueblos indígenas; por otra parte, los artículos 28° y 29° exigen la incorporación del guaraní y el castellano, en igualdad de condiciones, como lengua enseñada y de enseñanza en todas las instituciones públicas y privadas que integran el sistema educativo nacional, incluido el superior.
Planificación de la incorporación gradual del guaraní en la Educación Superior
Respondiendo al mandato de la Ley de Lenguas, la Secretaría de Políticas Lingüísticas está concluyendo, después de dos años de trabajo, el Plan Nacional de Lenguas, planificación que será refrendada por un Decreto del Poder Ejecutivo. En lo que respecta a la educación superior, dicho plan contempla el trabajo coordinado de la SPL con el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el Consejo Nacional de Educación Superior (CONES), la Agencia Nacional de Evaluación y Acreditación de la Educación Superior (ANEAES), las universidades y otras instancias e instituciones de educación superior para planificar que en un quinquenio todas las carreras de las distintas universidades e Instituto Superiores incorporen el guaraní como materia (lengua enseñada), y que en dos o tres quinquenios esta lengua, al igual que el castellano, sea utilizada como herramienta didáctica (lengua de enseñanza), como exige la Ley de Lenguas y como ocurre en las universidades de los países bilingües de otros continentes.
La normalización del uso de la lengua guaraní en la educación superior (su uso como lengua enseñada y de enseñanza, su uso administrativo y su visibilización) será de suma gravitación para elevar el estatus de esta lengua y asegurar su revitalización. Si llegamos, como país, a lograr los objetivos propuestos en el Plan Nacional de Lenguas para la normalización de la lengua guaraní en la Educación Superior, habremos asegurado la futura vitalidad de esta lengua. Somos conscientes de que la aplicación de estas políticas será gradual y llevará su tiempo, pero la apertura y el interés demostrados por las distintas instituciones de educación superior con las que hemos iniciado algunas acciones nos dan la certeza de que este gran proyecto nacional es posible.
Guarani ñe’ẽ ningo ñande korasõsã. Ha’e ñanemopeteĩ ha ñanemoambue ko yvy ape ári; upévare tekotevẽ opavave Paraguái ñemoñare ha aty oĩvéva jajoajupa hesehápe. Aretereíma jahechagi tetãháicha ko ñande ayvu tee; oguahẽma ko’ẽ pyahu ichupe ha ñane retãme guarã. Tetã ohayhu ha ohyvykóiva iñe’ẽnteko umi osẽva tenonde; ndaipóri ko yvy ape ári tapicha aty ojetyvyro ha oipykuiva’ekue akãrapu’ã rape oheja rire iñe’ẽ. Paraguái ñe’ẽnguéra ko’ẽ pyahurã oĩ opavave pópe.
Asunción, 13 de febrero de 2015